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“Estamos ante una situación crítica en todo el país en cuanto al suministro de los medicamentos por parte de la Farmacia de Alto Costo del Seguro Social”, reportó a Panorama, vía  telefónica, desde Caracas, el relacionista  público Francisco Valencia, presidente la Coalición de Organizaciones por el Derecho a la Salud y la Vida (Codevida).

Uno de los principales voceros y defensores de la causa a favor de los derechos humanos de los pacientes crónicos —beneficiarios de las distintas sedes sedes del ente oficial en el país, entre ellas Maracaibo—  aseguró que “esto ya se vislumbraba. En Codevida  hemos venido denunciando desde hace dos años la escasez de medicamentos. Se ha generado de deudas que se han acumulado enormemente con las empresas farmacéuticas, que actualmente asciende a los 4 mil millones de dólares, por lo que ellas han decidido no despachar más medicamentos a Venezuela, al menos hasta que haya un pago por delante, sin tomar en cuenta, inclusive las deudas viejas”, explica.

Comenta Valencia que en reuniones con representantes de la industria farmacéutica han detectado “que de muchos medicamentos de alto costo, de trasplantes, de cáncer y de todas las condiciones de salud, no se han hecho compras desde agosto del año pasado. Llegamos a este punto que, luego de extenderlo lo más posible estos medicamentos durante el último año y medio en las Farmacias de Alto Costo, con discriminación a ciertos pacientes, dando solo unas dosis, lograron extenderlo hasta aquí. Porque ellos mismos sabían que lo que venía era grave y decidieron aplicar estas políticas de discriminación y racionamiento. Estamos en un punto en que la escasez de medicamentos en la Farmacia de Alto Costo llega al 90%”.

A su juicio, esa decisión del Seguro Social de discriminar en el otorgamiento de los fármacos a los beneficiarios ha sido “una violación de los derechos humanos. No se puede dosificar a un paciente sin consentimiento del médico. Debe dársele lo que el médico especialista indica. Y tampoco exigir exámenes de valores para restablecer la dosis cuando los reactivos necesarios no existen en el país”.

Y el presidente de Codevida considera que la situación se agrava porque “las ONGs no contamos con un banco de medicamentos que pueda ayudar a tantos pacientes y, por otro lado, tenemos unas autoridades que  no dan respuesta sobre esta situación y sabemos que mientras el Gobierno no haga un pago por delante, no van a llegar estos medicamentos al país”.

En ese sentido, critica la actitud del general Carlos Rotondaro, presidente del Instituto Venezolano de los Seguros Sociales (Ivss): “Ha cambiado su forma de enfrentar este tipo de situaciones. En años pasados recibía a las organizaciones, uno podía reunirse con él, y buscar la solución. Ahora ignora las peticiones de la organizaciones y no da respuestas, entre otras cosas, porque creo que no las tiene, no tiene los fondos, eso depende del Gobierno central”.

Al ser consultado, como presidente de la asociación Amigos Trasplantados de Venezuela y trasplantado renal desde hace 17 años, sobre la situación actual de la entrega de los inmunosupresores por parte de la Farmacia de Alto Costo, respondió: “Hay una  ausencia absoluta de Prograf desde hace dos semanas. Ciclosporina solo hay una presentación, de 100 miligramos, cuando la de 50 y la de 25, que son las que toma la mayoría, no hay. Tampoco hay Cellcept. Del Certican, solo hay disponible el de 0,75 miligramos, cuando muchos toman 0,50. De los cinco tratamientos inmunosupresores hay cuatro que tienen severas dificultades”.

Agregó que la situación de los trasplantados resulta “alarmante, porque ya los mismos trasplantados no se pueden ayudar unos con otros, y llegará un momento que nadie podrá donar ni un blister porque no se tendrá después como recuperarlo”.

Sobre si Codevida y Amigos Trasplantados de Venezuela han recibido reportes de la pérdida del órgano debido a las fallas en el suministro de los inmunosupresores por parte del Seguro Social en algunos de estos pacientes, informó que han conocido de dos casos de fallecidos y un joven que no logró sobrevivir después de la colocación del injerto.

“Nosotros tuvimos dos reportes de fallecidos en diciembre, cosa que antes no se veía en Venezuela, que un trasplantado muriera por interrupción del medicamento. A uno la falta de medicamentos lo llevó a que se complicara  y murió en Ciudad Bolívar, después de estar hospitalizado en el Hospital Universitario de Caracas. No había disponibilidad en el Seguro Social y dejó de tomárselo durante unos 15 días.  Otro señor, en Valencia, pasó por lo mismo y luego que se complicó requirió Valixa, que desde hace un año no lo entrega la farmacia, y murió. Hace dos meses se trasplantó un joven, de 16 años, en el Hospital de Niños J. M. De Los Ríos, en Caracas, y cuando le tocó tomar su inmunosupresor no hubo disponibilidad y perdió el riñón”.

El pasado jueves, Codevida realizó la campaña #MiTrasplanteMiVida a través de Twitter, con videos de trasplantados renales informando del tiempo que tienen sin recibir sus inmunosupresores y del riesgo a que son sometidos por ello.

En el marco de la actividad, Valencia enunció su mensaje al presidente del Seguro Social y al ministerio de Salud: “Somos  más de 3.500 personas en el país que necesitamos nuestros medicamentos, que estamos pasando un momento de crisis, de escasez, y que de eso depende nuestra vida, nuestro trasplante. Autoridades del Ministerio de Salud necesitamos que se tomen carta en la distribución del medicamento, que se garanticen de forma continua y sin interrupción nuestros medicamentos La falta de uno podría conllevar al rechazo del órgano o la pérdida de la vida de la persona. Es necesario también que se garantice la calidad de los medicamentos y no se puede permitir la intercambiabiliad de un mes para otro  sin tomar en cuenta los niveles en sangre de los medicamentos, que, por cierto, no hay reactivos en el país”.

Fuente: Panorama